Crear una rutina diaria te ayuda a evitar la procrastinación y aumentar la productividad. Organiza tu rutina con compromiso. Es importante tu capacidad de adaptación según tus necesidades y preferencias
Tu rutina diaria para no procrastinar
Mañana:
- Levántate temprano: Establece una hora de despertar constante para empezar el día con energía. Los días festivos también te cundirán más si respetas el mismo horario. A las pocas semanas no te costará madrugar y tu cabeza te lo agradecerá.
- Hidratación y ejercicio: Bebe un vaso de agua y realiza alguna forma de ejercicio, como estiramientos, yoga o una caminata. Esto te ayudará a despertar y activar tu cuerpo.
- Planificación: Dedica unos 15-20 minutos a planificar tu día. Haz una lista de tareas pendientes y priorízalas. Esto lo puedes hacer durante el desayuno.
- La tarea importante en primer lugar: Empieza tu día trabajando en la tarea más importante o difícil. Esto te dará una sensación de logro temprano y establecerá un tono productivo para el resto del día.
Mediodía/tarde:
- Descanso y comida saludable: Tómate un descanso para almorzar y come algo nutritivo. Evita comer frente a la pantalla de tu computadora o móvil. Socializa con tus compañeras de residencia.
- Bloques de trabajo concentrado: Divide tu tiempo en bloques de trabajo concentrado, como la técnica Pomodoro (25 minutos de trabajo seguido de 5 minutos de descanso). Durante estos períodos, céntrate en una sola tarea y evita distracciones.
- Gestión de correos y comunicación: Dedica un tiempo específico para revisar correos y responder a mensajes. Este es el momento, evita hacerlo constantemente para no interrumpir tu flujo de trabajo.
- Tareas secundarias: Realiza tareas menos intensivas en concentración. Quizás las materias donde eres más fuerte.
- Tiempo para aprender: Dedica un tiempo para aprender algo nuevo, ya sea a través de lectura, cursos en línea o videos educativos. Esto fomentará tu crecimiento personal y profesional.
Tarde/Noche:
- Cierre del día: Tómate unos minutos para revisar lo que lograste durante el día y planificar las tareas para el día siguiente.
- Desconexión digital: Unas horas antes de acostarte, evita las pantallas (teléfonos, computadoras, televisión). Esto ayudará a tu mente a relajarse y prepararse para dormir. Socializa: una charla desenfadada te ayudará a desviar la atención de los problemas.
- Rutina de relajación: Dedica tiempo para relajarte antes de dormir, ya sea a través de lectura ligera, meditación o una ducha caliente.
Recuerda que la consistencia es clave para evitar la procrastinación y aprovechar mejor el tiempo. Ajusta esta rutina según tus necesidades y preferencias personales, y dale tiempo para que se convierta en un hábito arraigado. Siempre mantén la flexibilidad para adaptarte a cambios en tu rutina diaria y no procrastinar.